Yves Saint Laurent , el que fuera uno de los maestros de la moda por fin tiene museo propio en Marrakech. Se trata de un expresivo edificio con claras influencias de la arquitectura y el interiorismo marrakechí de todos los tiempos.
Yves Saint Laurent y Marrakech
Marrakech es la ciudad en la que Yves Saint Laurent descubrió el drapeado, los caftanes y los colores intensos bañados por la dura luz del desierto. Razones que son más que suficientes para albergar uno de los museos que llevan el nombre de famoso couturier –el otro está en París-.
Yves Saint Laurent fue, durante cuarenta años, uno de los grandes maestros de la Alta Costura se ha convertido –por derecho propio- en parte de la Historia del siglo XX: con su propio estilo, YSL diseñó el chaquetón, la gabardina, el smoking, el traje pantalón y su icónica chaqueta safari.
Ahora cuenta con un museo en la ‘Ciudad Roja ‘ (llamada así por el color de sus edificaciones y las tonalidades del entorno): un edificio realizado con terrazo de origen local, celosías de ladrillo rojo y hormigón abujardado. Todo un alarde de volúmenes y alturas inspirado en la obra y los diseños del modista.
Un centro cultural en honor a Yves Saint Laurent
Más que un museo se trata de un centro cultural en el que el diseño interior complementa, de forma exquisita, las líneas expuestas al inclemente sol del exterior: un interiorismo impregnado por haces de luz que se cuelan a través de las vidrieras inspiradas en Matisse.
Como si del forro de una chaqueta de Alta Costura se tratara, la decoración del edificio es radicalmente diferente a la robusta estructura exterior: más liso y delicado, con algunos espacios inspirados en el frasco de Opium, uno de los perfumes insignia de YSL.
Arquitectura y moda en el centro YSL
El proyecto de este centro –encargado a Studio KO– no escatima en detalles. La estructura cilíndrica de ladrillo que da entrada al museo tiene la altura suficiente para crear un muro circular abierto al cielo azul sin nubes de Marrakech y ocultar los edificios cercanos. Dentro de este gran espacio se alza majestuoso el icónico logotipo de YSL que diseñara en 1961 Cassandre.
Si la arquitectura marrakechí ha sido uno de los elementos inspiradores de esta gran obra, el uso de materiales tradicionales también ha sido clave para el desarrollo del proyecto y su interiorismo. Prueba de ello es la fachada de ladrillo terracota –muy utilizada en las construcciones y diseños locales- que realiza un interesante juego de sombras que recuerda la trama de los tejidos. En todo el exterior se combinan perfectas curvas y ángulos rectos característicos de las famosas chaquetas que diseñó YSL.
La fachada curvada –imitando a los pliegues de la tela- invita a adentrarse en un centro que supone un interesante viaje a la obra del gran diseñador. Una visita que nadie debe perderse.
Laura Yerpes | Interiorismo y Decoración
Fotos: Dan Glasser, Studio KO y Musée Yves Saint Laurent Marrakech